Cuando Bastián el enterrador del pueblo se acerca a la tumba que dejó ayer a medio excavar se encuentra durmiendo dentro a Ángela, una muchacha que para sobrevivir se dedica al hurto y a proveer de material mágico a la bruja y ensalmadora Crisanta, y de paso procura aprender todo lo posible de los conocimientos de esta. Cuando deciden hacer «la mano de gloria», una mano hechizada que consigue ciertas cosas, todo se torcerá llegando a su fin en un extraño y trágico ciclo.

He de reconocer que tengo un bagaje realmente pobre en cuanto de literatura española se trata. Hay muchos autores y autoras a los que por un motivo u otro les tengo pendientes, y este es el caso de esta gran escritora según muchas críticas, y a fe que si mantiene el nivel de este relato en toda su obra es simplemente una autora espectacular. Ángela es un personaje extraordinariamente bien construido, con algo de inocencia juvenil, con mucha pillería y con una excesiva perversidad e inhumanidad. Es capaz de cometer los actos más ruines y obscenos con tal de sobrevivir y lograr sus objetivos, y desde luego no deja indiferente al lector.

Un relato que se encuadra el género de terror pero que no busca dar miedo; toca elementos del gótico más clásico, incluye alguno más fantástico (ese perro tan especial) y rodea todo el cuento de una perversidad y una complejidad excelente. El estilo es muy llamativo, pulido, elegante sin ser cargante, con muy buenas hechuras cuando tiene que hacerlo y con una agilidad excelentemente bien calculada cuando llega algún momento de acción. El final es igualmente bueno, cerrando el círculo creado y que curiosamente te deja con una sonrisa en la boca. Fantástico relato sin duda.